viernes, 14 de marzo de 2014

“Recibes mucho más de lo que das”

El titular que precede esta entrevista bien podría ser el eslogan del Acogimiento Familiar de Menores. Si preguntas a las personas participantes en el Programa sobre qué les aporta la experiencia, la mayoría coincide al responder con esta máxima. Padres de acogida, temporales, transitorios…, pero que reciben dosis de satisfacción imperecederas.

Es el caso de Jesús y Mari Carmen, familia de acogida ya veterana. Hace cinco años que se embarcaron en esta aventura tan enriquecedora en la que continúan y a la que dicen estar “enganchados”. Cuatro menores han formado ya parte de su familia y, en la actualidad, acogen en su hogar a una pequeña de dos añitos que les inunda de alegría la vida. “Acababa de fallecer mi madre, mis hijos ya eran mayores y no estaban en casa... Como me encantan los niños, empecé a investigar por Internet y di con el Acogimiento Familiar. La verdad es que no sabía que aquí, tan cerca, había niños a los que podíamos ayudar”, explica Mari Carmen remontándose a los comienzos de su andadura como madre de acogida.

“No sé por qué, pero la verdad es que esto no llega a la sociedad. Quizás porque realmente no nos interesamos, no prestamos atención”. Jesús explica como cuando le habla a sus conocidos del Acogimiento la mayoría no saben de su existencia y “no creo que sea por falta de información, sino porque no estamos motivados por ayudar”, apostilla. Cuando su esposa le propuso la idea de acoger a niños, no creyó que fuera en serio, pero en seguida se subió al carro de este proyecto vital, decidido a tirar hacia delante. “Es importante que te gusten los niños y también que los dos miembros de la pareja estén de acuerdo”, comenta Mari Carmen, dos requisitos que en su caso se cumplen sobradamente.

“No nos quitan nada, solo nos aportan”

Repiten y repiten. A veces, se toman un periodo de descanso, lo que les sirve para retomarlo con más fuerza e ilusión. “Una vez que pruebas, repites”, señalan estos veteranos padres de acogida. A pesar de que muchas de sus amistades no lo entienden, ellos lo tienen claro. “La gente te dice, y luego cuando te quitan al niño…”. “Yo siempre respondo que no te quitan nada, porque no son nuestros. Al contrario, lo único que haces es recibir”, insiste Jesús tratando de transmitir lo que él concibe con tanta nitidez. “Acoger nos aporta una gran felicidad y alegría, la casa se llena de vida. Una vez que llegan, para nosotros son como nuestros propios hijos”, subraya.

Algo en lo que tanto Mari Carmen como Jesús coinciden es en la facilidad de adaptación que tienen estos niños y niñas. “Se hacen a ti enseguida. Es increíble como se adaptan y entienden que esa es la que va a ser su familia por un tiempo”, explica Mari Carmen. “Al principio, pensábamos que nosotros les íbamos a ayudar más pero luego te das cuenta de que ellos te aportan mucho bienestar. Te recuerdan cosas que se te habían olvidado como a reír, a jugar…”.




Todos estos motivos hacen que Jesús y Mari Carmen animen a cualquier pareja a la que le gusten los niños y tenga ganas de hacerlo a que se eche para delante, sean valientes y no se asusten de las pequeñas dificultades que pueda entrañar el Acogimiento. “Desde nuestra experiencia les diríamos tanto a las personas que quieren acoger, como a los propios padres biológicos y a los que luego son adoptivos que no tengan miedo, que cuanta más gente les dé cariño a estos niños y niñas mejor”. Para ellos, todos los casos en los que han participado han sido positivos, además, están convencidos de que los menores se sienten mejor y avanzan más cuando se encuentran conviviendo con una familia. “Hay cosas negativas, pero como con tus propios hijos. Cuando se ponen malos o no pueden dormir por las noches… La separación es un poco dura pero yo lo comparo con un pinchacito, duele en el momento pero se pasa y luego te sientes muy bien”, comenta Jesús.

Todos los acogimientos que ha llevado a cabo este matrimonio han sido de urgencia (modalidad que trata de dar respuesta a situaciones de emergencia, con una duración máxima de 6 meses y exclusivo para menores de 0 a 6 años), a excepción de un caso de acogimiento simple (duración máxima de dos años). En ocasiones, han llegado a tener dos menores en casa conviviendo, situación que pese a ser un poco más dura y complicada por la mayor atención que requiere, no ha supuesto que tanto Mari Carmen como Jesús dejen de decir que“merece la pena”.

María del Mar Carrillo Ávalos

Responsable de Comunicación
Cruz Roja Española-Almería



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